Completando la apreciación de las Reglas o
Religiones Africanas, relativa a la determinante influencia espiritual y
material de la vegetación como fuente indispensable de la vida humana,
ofrecemos en esta edición, una amplia y documentada relación de múltiples
plantas con sus facultades curativas y mágicas, y a las divinidades que
pertenecen respectivamente.
ABA: Dueño Elegguá.
Si hay inflamación
Elegguá le da su Ache a las hojas y a las raíces para que, bien hervidas, se
refresquen y alivien con baños, los pies cansados del caminante, sus hojas se
aplican también para la parálisis.
ABROJO: Dueño Inle.
Es una de las hierbas rituales de la sociedad secreta Abakuá en la que recibe el nombre de “Mendibá”, muy buena para la inflamación.
ABROJO TERRESTRE: Dueño todos los Santos.
Es muy bueno para lo malo. Sin embargo, con la
paciente y continua aplicación del
zumo del Abrojo se debilitan las raíces capilares, acción que hace posible a
esas mujeres que son a exhibir a veces un bozo
que es un perfecto bigote, con su
aplicación constante desaparezca. Es muy bueno para lavar los ojos, y sirve
para aliviar el asma.
ACANA: Dueño Changó y Oggun.
Fuerte como el Guayacán, para las “ngangas” y resguardos las cruces que se realizan
con ácana apartan las malas
influencias y maldiciones y desvían los malos ojos. Los que son clarividentes y se asustan de noche por
que ven fantasmas, llevando una crucecita de ácana, no los verán, pues ésta los hace huir. Desinfecta las
heridas, y la resina reducida a polvo y aspirada, contiene las hemorragias
nasales. Hirviendo la corteza, hojas y raíces, cura los granos y enfermedades
de la piel.
ALCANFOR: Dueño Changó y Elegguá.
Los cogollos se hierven con la raíz para baños
lustrales que, si se hacen a tiempo, evitaran las enfermedades que pueden
vaticinar las “adivinos”, etc. La
resina del alcanfor solidificada, es excelente como preservativo en épocas de
epidemias y es recomendada por todos los
Orishas. Deberá llevarse un trocito con granos de maíz tostado en una bolsita
de cañamazo o genero rojo, cuando se visita un hospital o la casa de algún enfermo contagioso. “El
alcanfor tiene la propiedad de alejar la enfermedad”.
ACEBO DE LA TIERRA: Dueño
Obatalá.
Las hojas y raíces en agua, sin hervir, es un
buen depurativo para el hígado, y facilitar la digestión. La corteza cocida con
hojas secas y unas cuantas frescas, bien caliente, para sudar la fiebre.
ACEITUNILLO: Dueño Orúmila.
Con la raíz se hace un amuleto para los
intelectuales impacientes por adquirir renombre. Las hojas en cocimiento, para
lavar la cabeza, deja el cabello sedoso y brillante.
ACHICORIA: Dueño Obatalá.
Las hojas y raíces en agua, sin hervir, es muy
buena para el estómago. Se emplean también para la hidropesía, las hemorragias
y descomposición del vientre, es muy diurético.
ACHIOTE O ACHIOLE: Dueño Obatalá.
El zumo de las hojas y la raíz bebido con
frecuencia, calma el asma y afloja el pecho.
ADORMIDERA: Dueño todos los santos.
De acuerdo con la opinión de destacados mayomberos, es la mejor hierba que
produce la tierra para embaucar, para
tales fines, se liga la adormidera
con caraguá, que es un parásito del cedro y de la guásima que algunos llaman “guida–vela
“, uña de los pies, pelo del que nace sobre la frente o la nuca y de los
sobacos de la persona que se desea cautivar, y todo reducido a polvo, se le da
a tomar en café, chocolate o vino dulce, cuidando de echar canela en el vino. Hay adormidera hembra y macho.
AGALLA DE LA COSTA: Dueño
Elegguá.
En tisana resulta un gran purificador de la
sangre con sus hojas y raíces. Sus semillas se emplean en lavados vaginales,
para contener las hemorragias y en tratamiento de las leucorrea.
AGRACEJO: Dueño Obatalá.
Se utiliza en el Omiero del asiento, en regla de mayombe
se emplea para hacer daño bien, trabaja mucho hecho polvo y ligado con yaya, y sangre de doncella, muchas prendas
de mayombe se montan con agracejo. En cocimiento es bueno para la
hidropesía, y para el paludismo como agua común. Es muy estomacal, la raíz cura la gonorrea.
AGUACATE: Dueño Chango, Eleggúa y Ogggún.
El fruto morado del aguacate le pertenece a
“Oyá”. El cocimiento del cogollo es bueno para expulsar los gases que produce
su fruto y para la tos. El del Aguacate Morado, para provocar el menstruo, pues
es abortivo. En lavados vaginales, para combatir las “flores blancas”. La semilla
molida y hervida sirve para borrar las arrugas de la cara.
AGUEDITA: Dueño Todos los Santos.
Es el “WAKIBANGA” de las Regla de Mayombe,
“Bulan ane, Cabanga, Bembéiriko”. Muy mágico. Va dentro del “nkiso”. Palo de
mucho respeto. También le llaman rompe hueso porque cuando “monta”, derriba y
agita al médium con tal fuerza que podría romperle los huesos. Entre sus muchas
virtudes, una de ellas consiste en alejar la enfermedad. Con la raíz cura las
fiebres más rebeldes y todas las enfermedades secretas del hombre.
AGUINALDO BLANCO: Dueño Obatalá.
Para “despojar malas influencias”, para baños
lustrales y baldeos purificadores de la casa. El cocimiento de las flores es
indicado para contener las palpitaciones del corazón.
AJI GUAGUAO: Dueños Eleggúa, Oggún y Osaín.
“Es alimento restaurador de las “ngangas”. La
“chamba”, el aguardiente que “Padres” y “Mayordomos” derraman sobre las
cazuelas, calderos y amuletos de “Mayombe” y que se vierte sobre el pescuezo
del gallo o animal sacrificado cuando estos se han desangrado sobre la nganga,
se carga de ají guaguao para que sea más potente.
Este ají, reducido
a polvo es uno de los elementos importantes en cualquier brujería de las
fuertes y más efectivas. El zumo en atomizaciones es bueno para combatir la
ronquera. Con el ají guaguao maduro, ingerido como píldora, se combaten las
hemorroides.
Para provocar el
aborto. Tres raíces de ají guaguao se echan en un jarro con cinco tazas de agua
que queden reducidas a tres. Tres días después de beber este cocimiento, se le
da azafrán hervido con un buen vino jerez seco y fuera.
En fricciones
contra el reumatismo. Para la fiebre catarral; bien picadito se mezcla a un
cocimiento de naranja bien caliente.
AJI CHILE: Dueño Eleggúa (Se le atribuye también a Oggún y a Osaín, pero no se olvide que a este último pertenecen todas las
plantas y con todas trabaja).
La Savia de la raíz, de las hojas y del
fruto, combate el tifus en sus comienzos.
AJO: Dueño Todos los Santos.
No se empleará para sazonar las comidas de
los Santos lucumís.
Contra el mal de
ojo, llevarlo en la cabeza, entre el pelo, atravesado por un gancho.
Es el sustento de
las ngangas y “prendas fuertes”. Les da fuerza. Pero hay “prendas” que el ajo
las mata. Son débiles y no lo resisten. El ajo doméstica a los majas
“guardieros” de ngangas.
Un resguardo muy
recomendable es el siguiente: en una bolsita de tela blanca, se guarda una
cabeza de ajo con yerba buena y perejil. Antes de usarse, es menester llevarlo
a siete iglesias y humedecerlo en las pilas de agua bendita de dichos templos y
en el momento de humedecerlo se dirá: “Líbrame de mi enemigo, de cuantos me
quieran mal y dame salud y suerte”. El ajo lo cura todo; molido y aplicado en
fricciones, es al antídoto contra las picaduras de los alacranes, arañas y de avispas,
etc. Cura el mal de madre, el padrejón y el empacho. El zumo ablanda los callos
por muy rebeldes que sean. Para expulsar parásitos intestinales y bajar la
fiebre. Facilita la expectoración al mejorar los resfriados y catarros; combate
las malas digestiones y ayuda a expulsar los gases, se utiliza además para
tratar insomnios y regular la presión arterial. Alivia los dolores reumáticos y
la gota, úlceras, quemaduras y otras afecciones de la piel.
AJONJOLI: Dueño Babalú Ayé.
Es “tabú” en las casas de este Orisha. Si un
hijo de San Lázaro come ajonjolí se enferma e inclusive puede morir. No pueden
ni mirarlo. Igualmente les está terminantemente prohibido comer “iru” (granos).
El frijol, la lenteja, el gandul, etc., sobre todo las lentejas que son los mismos
granos del “leproso” (Orisha Adéte).
Tampoco pueden
comerlo los “Iworos” hijos de Obatalá. Ni el “ngangulero”. No liga naturalmente
con la “nganga”. Sólo lo comen sin peligro los Santos. Si el ajonjolí se
desparrama provoca una epidemia. Aleja lo malo ligado con corteza de corojo,
azogue y pimienta de guinea. Y atrae también lo mal, pues Babalú Ayé “Bilonga”
con ajonjolí. Las semillas en cocimiento para aliviar a los asmáticos tan
pronto se declara el ataque. Fortalece el corazón. Las mujeres cuando crían a
sus hijos deben tomarlo para tener leche abundante.
ALACRANCILLO: Dueño Obatalá (Algunos Santeros se lo atribuyen a Oshún y otros a Oké).
Para baños lustrales. En cocimiento, tomado
por agua común es a colmar la irritación interna de la piel. La raíz con las
ramas y hojas reduce las hemorroides.
ALAMO: Dueño Changó.
El “Alamo” es uno
de los árboles principales consagrados a este Orisha, del Omiero del Asiento y
del Omiero con que se sacramentan y lavan sus atributos. Cuando Changó esta
enojado se apacigua con las hojas del Alamo, añadiendo rompe saragüey y
culantrillo.
La primera vez que
tocaron los tambores para este Santo fue a la sombra del Alamo. “Es el manto de
Changó”.
La bateita de cedro
pintada de rojo y blanco en la que se guarda su piedra, se cubre con hojas de
Alamo y con ellas se adornan los altares y el trono de sus elegidos. A Changó
le gusta “comer” en el Alamo y allí se le llevan las ofrendas habituales,
atadas con cintas rojas.
Al carnero que
siempre se le inmola, se le ofrecen hojas de Alamo antes de conducírsele a la
habitación donde será sacrificado, simbólicamente por el mismo “oggún” frente
al “otan” del Orisha. Si el animal al mensajero ya preparado por los Santeros
para el sacrificio, las come es señal de que el dios lo acepta complacido, de
lo contrario, el carnero no será degollado.
Para purificar a
sus hijos y protegidos Changó les ordena bañarse con un cocimiento de las hojas
de Alamo. La fricciones con la savia del Alamo elimina toda mala influencia del
cuerpo. “El Alamo recoge todo lo malo y se lo lleva”. Para disolver la peor
brujería y alejar a los malos espíritus de una casa debe usarse en baldeos.
Igualmente en polvo seco y cernido, ligado al plátano y después de “rogado”
puede emplearse para hacer bien y mal. Para destruir radicalmente una brujería,
se mezclan las hojas del Alamo con salvadera, yerba buena, prodigiosa, abre
caminos y una piedra de alcanfor y se baldea con esto. Los “Mayomberos” no
emplean el Alamo.
En cocimiento para
fortalecer los nervios. Con la semilla se hace una preparación líquida y no muy
grasosa que favorece el crecimiento del pelo, a la par que lo ennegrece.
Tomándolo como agua común es excelente para combatir la albúmina en las mujeres
embarazadas. El higuito u “orí” hecho pasta se aplica para reducir las
almorranas.
ALBAHACA: Dueño Todos los Santos.
Para baños lustrales. Para buena suerte. Para
“despojar” y “santiguar” de malas influencias. Contra el mal de ojo. Quemada
con incienso aleja los malos espíritus.
Se emplea machacada,
en emplastos para las inflamaciones y en
cocimientos para el estómago. La infusión de sus hojas y flores, calman el
dolor de cabeza. El uso más común es como aromática, con alcohol para
fricciones y baños estimulantes. Posee propiedades antidisminorreicas,
carnitivas y antihipocondríacas.
La infusión de las
hojas se emplea como remedio para la gonorrea y la diarrea crónica. Es
antiespamódica. Para curar una dolencia que se sospecha producida por el “mal
de ojo”, se toman tres gajos de Albahaca, un vaso de agua, una vela y la
oración de San Luís Beltrán. Si el enfermo que es por lo común un niño, no está
demasiado débil y puede incorporarse, el santiguador le hace sostener la vela y
el vaso. Es necesario también un crucifijo, que se introduce en el vaso con la
albahaca. Al comenzar a recitar la oración, el que santigua toma en una mano un
gajo y en la otra el crucifijo. Si no sabe de memoria la oración, la leerá
empuñando juntos la albahaca y el crucifijo.
A la par que recita
de memoria o lee la oración, va haciendo cruces con la albahaca sobre el
paciente, primero en la frente, en el
pecho, en el vientre, en las rodillas y en los pies. Al terminar, reza
tres “padre nuestro”, tres “credos” y tres “ave María” . La vela se deja
encendida hasta que se consuma. En rigor deben ser tres y en horas distintas
las personas. Se santigua los viernes que es el día indicado, aunque en todo
momento es beneficioso santiguarse “porque quita la salación”.
Tres baños de
albahaca de todas las especies, con azucenas y rosas blancas, bastaran para
saturarse de sus grandes virtudes y atraer las buenas influencias.
Una “limpieza”
excelente para atraer la buena suerte a una casa, se realiza de la forma
siguiente: Las albahacas se tienen durante 7días en un lugar apartado y donde nadie
ponga el pie y al mismo tiempo, durante 5 días consecutivos se tendrá a la
cabecera de la cama, lo más cerca posible de la almohada, una yema de huevo con
miel de abeja que se arrojará después en un herbazal alto y tupido. Se cocinan
sin condimento 7 pelotas de maíz y se abandonan en 7 esquinas, calculando el
que practica este, que su casa quede situada en el centro de esas 7 calles. En
los templos “kimbisa”, cuando un iniciado cae en trance y ya se sabe el “Padre”
que “Palo” (espíritu) va a posesionarse de aquél, se le rocía el cuerpo junto a
la “nganga” o caldero con la “chamba”, el aguardiente del ritual. Ya en
posesión del nuevo “ngombe” (médium), inmediatamente se le lavan los ojos con
“mamba” (agua preparada con albahaca, grama, vino seco y otros ingredientes)
para que “vean las cosas del otro mundo”.
Para estos casos de
matrimonios demorados, en que el galán da largas a la novia, etc., se prepara
con albahaca una esencia muy efectiva para tales circunstancias: jugo de
albahaca, heno tostado, agua bendita y agua de azahar, agua de la tinaja de
Oshún, vino seco o aguardiente de Islas.
ALBAHACA ANISADA: Dueño Obatalá.
Hervida o sin hervir, para purificaciones o
“despojos” corporales. El aroma, usado en pañuelos de colores, según el Angel
de la Guarda de cada cual, contra el mal de ojos. El cocimiento de sus ramas y
raíces, para dolores de cólicos y gases.
ALBAHACA DE CLAVO:
Dueño Todos os Santos.
Para despojos corporales. El zumo vertido
dentro del oído apaga los zumbidos o dolores “saca el viento” que puede estar y
producir un ruido incómodo. Con el cocimiento del cogollo, Oddúa alivia los
dolores de la menstruación. Con el zumo de las hojas, que se extrae mediante la
presión de los dedos índice y pulgar, aplicado a los ojos cura un orzuelo rebelde.
ALGARROBO: Dueño Oggún, Changó y Bokú.
No debe faltar en un Omiero de asiento.
Es muy venerado.
Con sus hojas se cubre a Changó. Las raíces son muy valiosas para “prendas” y
resguardos. Alimenta a las “ngangas”. Las “prendas” que se entierran debajo del
algarrobo, alcanzan una extremada potencialidad. Los resguardos que se
construyen para acompañar a personas extremadamente cobardes o los que carecen
de constancia y de firmeza para la realización de un empeño, se hacen con esta
planta.
Con sus savia prepara
el mayombero un veneno ligeramente activo, pero administrado en gotas,
prudentemente fortalece el cerebro. Con la resina pulverizada se tratan las
llagas y las hojas desmenuzadas, reducen las hernias. El cocimiento de las
hojas, con zarzafrás y limoncillo, es magnífico para la tos.
ALGODÓN: Dueño Obatalá, Babbadé, Ochanlá, Babá Lubbo,
Alamoreré.
Para calmar el dolor de oídos, los capullos
del algodón verde, después de sumergidos en agua no muy caliente, se exprimen
lentamente dejando caer unas gotas dentro de la oreja.
Con las semillas
machacadas y ligadas con sebo de Flandes, se compone un emplasto que madura
rápidamente los tumores. El cocimiento de las semillas, se toma en casos de
bronquitis o de asma. El cocimiento de la raíz, es excelente para regular el
menstruo. Si se hace muy concentrado sirve de abortivo.
La flor, en
lustraciones, elimina las impurezas que mantienen en mal estado físico y en su
consecuencia moral, al individuo que no se haya purificado por completo, etc.
Las hojas de algodón
se emplean en el “Omiero del Asiento”.
“En gran resumen
como Obi ( el coco) a semejanza del algodón, no puede disociarse de Obatalá,
pues es imprescindible”.
ALMACIGO: Dueño Eleggúa, Changó.
Los cocimientos de sus cogollos cortan el
resfriado intestinal. Los de la raíz, corteza y cogollo, para las diarreas
sanguinolentas. La resina se aplica en los parches sobre las heridas producidas
por clavos, latas u otros objetos herrumbrosos para preservarse del tétanos.
Para el catarro: “Un cocimiento al acostarse y además poner cuatro o cinco
hojas cruzadas, debajo de la almohada”. Para el resfriado de los niños:
Envolverles los pies con las hojas tibias.
Para el vientre,
diarreas, cólicos y gases: una cataplasma de almácigo es más efectiva. Las
hojas frescas se extienden en la cama en la parte que se acuesta el paciente.
No debe olvidarse
que el almácigo tiene más virtud el Viernes Santo, como otras plantas
medicinales y que para curar “no se ofende a Dios cortándolo”, pues su misión
es curar y sobre todo, que se sepa, “que con ese palo no se hace nada malo”.
“Es un palo médico nada más”. Es “espanta brujo” y “purificador”. En baños para
buena suerte y “limpiezas”, se mezcla con la cuaba, la aguedita y el yagrumo.
El humo que desprende la resina quemada con un diente de ajo, ahuyenta las
malas influencias.
El fuego no lo
ataca. Acaba con todos los matojos y palos que estén a su alrededor, pero a él
no se le arrima por nada la candela y lo respeta dondequiera que esté.
ALMENDRO: Dueño Obatalá e Ifá.
Las
hojas se emplean para lavar la cabeza (refrescar Eledá), y en “despojos”, baños
y baldeos para purificar la casa, para buena suerte. Para lavados vaginales, un
cocimiento de la corteza con la raíz y las hojas. La savia de esta planta con
el aceite que se extrae de la fruta, aplicada a la piel, la mantendrá tersa y
fresca.
El aceite de
almendra se emplea para las lámparas que se le encienden a Obatalá. Sus hojas
se incluyen en el Omiero.
AMANSA GUAPO: Dueño Todos los Santos.
Para apaciguar, suavizar asperezas, conciliar
y dominar.
Un amarre efectivo
es el siguiente: amansa guapo, paja de maíz, la plantilla de los zapatos, una
camiseta y pelo de la persona que se desee “amarrar”. El pelo se ata con una
madeja de hilo del color del Santo que propicie este trabajo, junto con el pelo
de la persona para quien se realiza el “amarre”.
Con el “amansa
guapo” entizado con hilo blanco y negro, aguardiente, vino seco, miel de abejas
y canela se obtiene lo que se quiera.
Para dolores
reumáticos y musculares.
ANAMU: Dueño Todos los Santos.
Es una hierba de las más comunes y fáciles de
obtener, pero no se arrancará más que cuando sea preciso utilizarla. No se
incluye entre las yerbas del Omiero del “Asiento”.
Con baños de
“Anamú”, se desprenderá del cuerpo algún espíritu oscuro de esos que suelen
enviar los mayomberos para atormentar a sus víctimas, adhiriéndose a ellas. Si
se emplea también “fula” (pólvora) al practicarse este despojo hay que hacerlo
con mucho cuidado, no sea que al arrancar al espíritu, éste dañe al cuerpo por
la conmoción que reciben tanto el espíritu como la materia. Todos los espíritus
no se pueden quitar con “fula”. Como resguardo para detrás de las puertas:
“Siete gajos de Anamú atados con cintas rojas, se pondrán sobre todo cuando hay
personas perseguidas por los espíritus”.
Para baños
lustrales. Cuando la persona esta “muy atrasada
de suerte”, con apasote y albahaca de anís.
Contribuye a la
curación de herpes y otras infecciones de la piel (uso externo) y facilita la
orina (uso interno). No debe ser administrado a las mujeres embarazadas.
Una buena medida de
precaución consistirá en colocar en las plantillas de los zapatos, dos hojas de
Anamú, en cruz, por si se pisa algún “malembo mpolo”. Este no puede actuar
donde se halle al anamú, que aniquila la brujería. Por eso se llama “mata
Brujo” y “espanta brujo”. Para embrujar se da a beber el anamú hervido con
yerba fina y sanguinaria, vino seco y agua de “Florida”. Obatalá aplasta la
brujería con anamú.
Los brujos deben
tener siempre por precaución, una vasija con agua de la que vive o se tiene a
la jicotea, mezclada con orines, cenizas, anamú y cabo de tabaco para arrojarla
a la puerta de su casa cuando tenga sospechas de que otro Brujo lo esta
atacando; pero esta preparación apuntada, es necesario que se pudra varios días
antes de usarse, para que pueda surtir sus buenos efectos.
No obstante en
“Regla de Ocha”, los hijos de Obatalá no pueden andar con esta yerba, ni los de
Yemayá. Un baño con anamú será extremadamente nocivo al “Omó” Yemayá que por su
ignorancia (como sucede a menudo), la emplee buscando alivio a un dolor
reumático, etc.
ANON: Dueño Obatalá.
Las hojas en cocimientos para aplacar los
nervios.
La corteza y la
raíz se toman una vez terminados los masajes en la cura del mal de madre y del
padrejon. Las semillas se tuestan y se muelen con aceite para combatir los
parásitos de la cabeza (los piojos).
El cocimiento de
sus hojas con las de “Mary López” es muy bueno para combatir la acidosis. Es
excelente para la cistitis y todos los padecimientos de la vejiga.
APASOTE: Dueño Babalú Ayé.
Las hojas para condimentar la comida del
Orisha.
Para “amarrar”
sólidamente una lengua indiscreta bastarán dos raíces de apasote, la lengua de
una lagartija, una vara de tela blanca, media botella de aguardiente, el nombre
de la persona escrito y alguna cosa perteneciente a ella para “ligarlo”. Los
caracoles o el coco indicarán donde debe guardarse este “amarre” y dónde se
depositará el sacrificio que acompaña a este “chiché” (trabajo).
En las casas que
han sido “purificadas” con apasote, se dejan expuestas las semillas durante 24
horas. Las paredes se fustigan con las ramas para castigar y espantar
“malembo”, terminada esta limpieza, se baldean los suelos con clara de huevo.
En cocimiento para expulsar los gases. El zumo de la raíz y las hojas para
curar las lombrices y parásitos de los niños.
ARABO DE PIEDRA: Dueño Oggún.
Se “trabajan” las raíces al pie de Oggún
para asegurar un negocio inestable, poco seguro o una empresa cuando amenaza
fracasar.
ARBOL DE BIBIJAGUA O CAMPANA: Dueño Obatalá, Orishaoko, Yewá.
La savia de esta planta se aplica a la
culebrilla (“una erupción que efectivamente es una culebrilla”) que suele
aparecer en el cuello y en la cintura, debiendo combatirle de inmediato pues se
estima que este reptil imaginario puede matar al que lo padece, si llega a
juntar la cabeza con la cola.
“Los garabatos de
esta plante sirven para atraer y unir a las personas que están separadas por
cualquier motivo”.
ARBOL DE LA VIDA: Dueño Obatalá, Oddúa.
En cocimientos se recomienda para dolores
reumáticos. En Semana Santa se le extrae la savia que se expondrá al sol y al
sereno durante 40 días y se obtendrá un magnifico tónico regenerador del
organismo.
ARBOL DE LA CEIBA: Dueño Obatalá.
Respirando el aroma de sus flores en un pañuelo se controlaran los
estornudos que proporciona la coriza.
ARBOL DEL CUERNO: Dueño Oggún, Oshún, Oddúa, Obatalá.
La raíz hervida se da a beber a diario contra
la impotencia.
Con este palo se
prepara un buen amuleto para recuperar la virilidad. Las hojas en cocimiento
para lavar el cabello y darle brillo.
ARBOL DEL SEBO: Dueño Babalú Ayé.
Una maceración de la raíz y de las ramas para
fricciones de las coyunturas de los nudillos.
Estas
fricciones continuadas y el favor de San
Lázaro, impiden que los miembros de los que están postrados se vuelvan rígidos
y evita los dolores consecuentes.
ARETILLO: Dueño Eleggúa.
Masticadas sus ramitas y hojas tiernas, blanquean y pulen los dientes;
fortalecen las encías.
AROMA BLANCA: Dueño Obatalá.
Respirando el aroma de sus flores en un pañuelo, se controlan los
estornudos que proporciona la coriza.
AROMA AMARILLA U OLOROSA:
Dueño Oshún, Eleggúa.
Con la semilla se hace “mpolo” y “trabaja” en
los encantamientos de “Mayombe”.
El cocimiento de
las ramas y raíces, se recomienda para combatir la sarna y la gangrena. En
baños es muy efectiva para aquellos que son dados a sentir malestar indefinido,
etc. Igualmente la infusión de las flores, para las palpitaciones y el nerviosismo
y los saltitos histéricos del estómago. La savia, aplicada con aceite de
ricino, hace crecer las pestañas.
ARROZ: Dueño Obatalá.
“Kamanakú” es un apetitoso manjar de arroz
molido. Se remoja el arroz y cuando los granos estén hinchados, se pilan, se
ciernen y se reducen polvo, se bate en
un caldero y se cocina a fuego lento. Con leche se le ofrenda a Obatalá.
El agua en que se
ha lavado el arroz, mata la brujería. Se emplea para “limpiar” los quicios de
las puertas donde esta haya sido lanzada.
A la semana
siguiente de un “levantamiento del plato” (ceremonia que sabemos se realiza al
año de ocurrida la muerte de un “olocha”), después de una noche de vela en que
se tocan los batás exclusivamente para el
muerto, los que toman parte en este rito, asistirán a las honras
fúnebres que deben celebrarse en la iglesia.
Al regreso de la
misa, se cocina el arroz sin sal y con la carne que haya sobrado del cochino
que se le sacrifica al difunto en esta ocasión se riega por toda la casa. El
arroz blanco con “guengueré” es una ofrenda tradicional para Oyá.
En cocimiento para las diarreas. En harina
para la erisipela y cualquier erupción de la piel y para embellecer el cutis.
ARTEMISILA: Dueño Obatalá (se le atribuye también a San lázaro).
En purificaciones lustrales, proporciona
alegría y propicia bienes materiales, morales e intelectuales.
Un “despojo” con
artemisilla deja una agradable sensación de alegría tal, que se apreciará a
todo el mundo más contento.
ASTRONOMIA: Dueño Orúmila.
Para
baños de despojos. Con la raíz se construyen resguardos para los trabajadores
marítimos.
ATEJE COMUN: Dueño Osaín.
Las hojas y la raíz en inhalaciones para el
“aire pasmoso”. La raíz en infusión, para suprimir las “flores blancas”.
ATEJE HERMOSO: Dueño Osaín.
El
zumo de las hojas y de los tallos desvanece las manchas de la piel ocasionadas
por quemaduras. Hace desaparecer también cicatrices superficiales.
ATEJE MACHO: Dueño Agrónica.
La savia limpia las manchas de la piel y con
este objeto se le aplica a las mujeres.
Pero no debe lavarse la cara con él.
Si el “ateje macho”
se le aplica a un hombre es inoperante y si el
“ateje hembra” se le aplica a una mujer, su resultado será igualmente
ineficaz, pues en toda operación mágica y remedio de plantas, “los sexos deben
estar siempre encontrados”, o sea, “hembra para varón” y “varón para hembra”.
ATIPOLA: Dueño Obatalá y Eleggúa.
En cocimiento para tomarlo como agua común,
es bueno para las vías urinarias.
Para lustraciones y
para “refrescar la cabeza”. Para la buena suerte, baños de Atipolá, albahaca
corriente y albahaca menuda. El “Atikuanlá” se emplea en el Omiero del Asiento.
AYUA: Dueño Todos los santos.
Excelente para resguardos. Para alcanzar un
“desbarate” efectivo se mezcla con cuaba negra, carcoma y avispa.
La corteza con
aguardiente de caña, después de embotellada varios días es muy buena para el
asma. Es muy eficaz como depurativo de la sangre. También para la sífilis y el
reumatismo.
La corteza
masticada calma los dolores de muelas.
AZAFRAN: Dueño Obatalá.
Aunque existe una yerba que se llama “azafrán del país”, el que se
emplea para hacer bajar el menstruo, es el azafrán comercial. Si la supresión
tiene por causa un disparate cometido “un baño frío, dormir a la luz de la
luna”, etc.; el remedio será un puñado de azafrán de hebra, una botella de miel
de abejas pura, tres cocos pequeños que se cortan por el medio y un litro de
agua.
Se hierven los
cocos con azafrán y la media botella de miel de abejas y se deja a la candela
hasta que quede una cantidad de líquido equivalente a tres tazas, que deberán
tomarse muy caliente, tres veces al día.
Como es muy
probable que el menstruo se presente con hemorragia al día siguiente de tomarse
este remedio, se hierven los tres cocos y se toman tres cocimientos. El
cocimiento de azafrán es muy efectivo para los espasmos.
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